Cómo no... Ébola

Como no podía ser de otra manera y, en cierto modo, inevitable, debo dar mi opinión sobre el tema de "rabiosa actualidad".

Han sido dos días muy raros. Por un lado la sobreexposición a la información que provenía de los diferentes medios y por el otro, el tratamiento de la misma por las redes sociales, grupos de whatsapp en los que estoy incluido, etc.. Lo único que me da a pensar es que, como sociedad y, apurando, como especie, somos gilipollas y nos merecemos, no sólo el ébola, sino un puto meteorito que nos borre de este planeta de una vez por todas. Un reinicio. Un "formatea e instala de nuevo".

Empecemos:

- Depuración de responsabilidades: es de ser muy hijo de puta la acusación y condena por parte de los medios de comunicación hacia la enfermera, poniéndola como la única responsable de contraer y, posiblemente, expandir el brote. Medios deficientes, personal no preparado y unos servicios de Urgencias (como alguno que yo conozco) cuadriculados: "no, si no tienes 38,7º de fiebre, no es ébola, cuando los tengas, ven y te derivamos al Carlos III. ¿Pruebas?. ¿Para qué?." Ésto no sería posible sin una gestión ineficaz por parte del Ministerio RESPONSABLE de estos servicios públicos e, incluso, un nivel más hacia arriba, la Jefatura de Gobierno.

Estamos a un año de las elecciones municipales y los gestos cara a la galería, como repatriar a los dos sacerdotes infectados con el ébola, pueden quedar muy bonitos cara a la galería. Pero sólo a la internacional y, como estamos comprobando, sólo durante un tiempo. El actual partido del Gobierno, basándose en intereses púramente económicos y buscando favorecer la privatización de cualquier servicio que sea susceptible de enriquecerles particularmente, ha reducido una Sanidad Pública a un chiste de sí misma. Perdiendo dotaciones, perdiendo equipos, perdiendo personal y pintándola con una pátina de ineficacia que hacen más fuertes sus pretensiones de privatización. Esta ha sido la siembra de vientos y ahora se recogen las tempestades que tocan.

Resumiendo: el primer responsable, el Jefe del Gobierno, seguido de cerca por el Ministro de Sanidad y los Consejeros de ídem de la Comunidad de Madrid. Después, toda la cadena de directores de Hospital, y mandos intermedios que no cumplieron ni aplicaron los protocolos internacionalmente establecidos para estos casos. En último término, la auxiliar de enfermería. Si son ciertos los rumores sobre presiones para cumplir su trabajo a riesgo de abrir expedientes, habría que sumar a algún bastardo más en esta cadena.



- El dichoso perrito: es una pena. Es un animal que no se entera "de nada" y que se ha visto envuelto en una espiral de mierda que le ha acabado manchando a él. Es una mascota y puedo entender perfectamente que no se quiera sacrificar (hay animales que dan más cariño que muchos humanos) pero, como ocurre en ocasiones, hay que hacer de tripas corazón. Bien es cierto que el "vamos a sacrificarle" porque sí es absurdo. No sólo voces autorizadas desde el mundo médico están proclamando que es una aberración, ya que, primero, debería ser objeto de estudio, sino que cualquier persona con un dedo de frente puede llegar a esa conclusión.

Ahora bien, el caer en el perroflautismo de "salvemos a Excálibur pese a quien pese" es vergonzoso.

- Finalizando y malpensando: Negocio. Por parte del mismo Gobierno que quiere privatizar la Sanidad. Aquí tienen un potente argumento (falso) para demostrar que lo que quieren es lo mejor para el país. Otro caso a estudiar sería quien tiene (porque habrá alguien, fijo) acciones de las compañías que están desarrollando los sueros y las vacunas.

- Epitafio: Somos una especie de hijos de puta. Mientras mueren negritos de África no pasa nada. Llega aquí y todo es preocupación y qué grave es todo. Nos lo merecemos.

A pasar buen día.

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